10 pasos para cumplir con resoluciones de año nuevo
El cambio de los años la gente lo usa como un motivo para renovarse y decir que uno viene con nuevos bríos. Lista para convertirse en una mejor versión de sí misma. Sin embargo según la APNL, una asociación de Psicología en Canadá, para mediados de febrero el 80% de las personas ya han abandonado sus propósitos de Año Nuevo...
Así que, si es que, como la mayoría de las personas ya desististe de sus resoluciones de año nuevo, nos da gusto señalar que hay muchas opciones que puedes hacer para mejorar tus posibilidades de transformarte, en efecto, en esa mejor versión.
Primero, no debes sentirte mal. Lo más seguro es que desde el principio estabas destinada a fallar pero, ¿cómo puedes evitarlo?
Esto es un tema que tocamos recientemente en el podcast de Jefas y Jevas y es que, más que un tema de falta de compromiso, tiempo, recursos o motivación, el problema radica en cómo nos estamos planteando las metas.
Después de más de 10 años haciendo rutinas de Año Nuevo, te puedo compartir 10 pasos para preparar y alcanzar tus metas:
Prepara el setting
Reflexiona y analiza
Haz un assessment
Proyecta lo que quieres
Crea un Dream Vision Board
Establece metas
Prepara un plan de ejecución
Visualiza y motívate diario
No esperes al final para checks and balances
Monitor and repeat
Está pero, ¿cómo lo hacemos?
Empecemos con el primero. Preparar el Setting:
Si realmente te quieres proponer grandes metas debes saber hacia dónde vas, no se vale solamente decir “quiero bajar de peso” o “quiero ganar dinero”. Debes definir qué es lo que quieres para poder preparar el camino para llegar ahí.
Esto no se puede hacer a la ligera y se necesita un ejercicio de introspección. Así que, para comenzar, tienes que buscar un espacio de tres o cuatro horas en las que puedas estar tú sola y sin interrupciones.
Ahí vas a ir escribiendo tus ideas con papel y lápiz. No tienen que estar muy elaboradas, no son las definitivas, sino todo lo que se te vaya ocurriendo y que después irás priorizando para finalmente pasarlo en limpio utilizando tinta y un journal, así como otras herramientas como post-its o tarjetas que puedas tener a la vista los próximos meses. Como dato, esto se puede volver una joya en el futuro cuando volteando atrás veas todo lo que has avanzado…
Ya tienes el tiempo, ahora, y antes de ver al futuro debes ver dónde estás hoy: Reflexiona y analiza. Para eso debes mirar el año pasado, repasar tus éxitos tanto profesionales como personales. Es común a la hora de hacer un balance enfocarse en lo negativo, pero es muy importante reconocer las cosas que hiciste bien y lo que creciste en el año pasado. Una vez que hiciste eso también puedes revisar tus metas anteriores e identificar las razones por las que no avanzaste.
Aquí viene un assessment. ¿Dónde estás en temas laborales, familiares, espirituales, personales, etc? Sé honesta, ¿dónde te sientes más fuerte? ¿dónde quisieras crecer? ¿qué te falta? Necesitas esto para poder proyectar y definir dónde quieres estar en el futuro.
Algo que te puede ayudar es hacer un Dream Vision Board. The 4 hour work week de Tim Ferris es un libro que lo resume muy bien haciéndote contestar tres sencillas preguntas:
¿Que sueñas con tener? Having
¿Que sueñas con hacer? Doing
¿Que sueñas con ser? Being
Una vez establezcas donde quieres estar en el año a nivel personal y profesional, y sepas cuáles son tus verdaderos deseos de futuro puedes establecer metas que vayan alineadas a ese futuro.
Tienes que ser lo más específica posible. Tus metas deben de ser medibles. No se trata de “bajar de peso”, sino de “bajar 5, 10, 15 kg”. No se trata de “ganar más dinero” sino de “ganar 5, 10, 15% más”. Además, tus metas deben de tener una temporalidad. No es lo mismo “bajar 5 kg” que “bajar 5 kg en 2 meses”. Entre más claro y acotado esté tu propósito más fácil será revisar que vas por buen camino.
Ya que tienes tus metas definidas, estás lista para preparar tu plan de ejecución. Empieza por priorizar tus metas; no trates de comerte el mundo y cumplir con todas de una sola vez. Pero una vez que definas ese plan utiliza la tinta y plásmalo. El simple hecho de escribirlo, con tu mano, le da una señal a tu cerebro de que hay un compromiso. Así que usa el journal, los post-its o las tarjetas, pero úsalos.
Cuando se trata de cambiar tus hábitos puedes ir haciéndolo poco a poco como mencionan en Atomic Habits. Lo importante es saber esto: Un 1% mejor cada día, compuesto, es un 3800% mejor cada año. Con tan solo mejorar 1% al día en un año eres 38 veces mejor de lo que eres hoy. Mientras que al ser un 1% peor cada día, compuesto, significa que pierdes el 97% de tu valor cada año. Entonces ve por ese 1% más diario.
Diario esa es una palabra clave. Necesitas visualización o motivación diaria. Puedes hacerlo cada mañana pensando cómo puedes ser un poquito mejor y acercarte un poquito más a tu meta. Puedes tener un mantra, una frase que repitas constantemente. Puedes preparar y leer esas post-its que te recuerden cada día por qué y para qué estás trabajando. Como sea que lo hagas, pero a diario.
También debes establecer check and balances. Recordemos que no todas las metas se van a hacer al mismo tiempo, que a la hora de establecerlas también se estableció una temporalidad. Entonces en lugar de esperar hasta el final del año, hay que constantemente ir revisando el progreso de cada una para ver si vamos por buen camino o si hay que ajustar algo. Toma cartas en el asunto.
Finalmente, una vez que el tiempo para nuestras metas ha finalizado es momento para monitor and repeat, para analizar qué fue lo que logramos, qué no y por qué y cuáles son las nuevas prioridades.
Cuando hagas ese ejercicio por varios años consecutivos te sorprenderá todo lo que vas logrando y recuerda, no necesariamente vamos a lograr todos los años todas nuestras metas. Pero esta auditoría personal nos ayuda a ir logrando las cosas que realmente importan.
A veces las queremos más rápido de lo que pasan, pero es mejor tener metas establecidas y pasar por la vida con metas que dejar que la vida pase por ti sin tener algún control.